Objetivos
Los objetivos principales de este premio son reconocer y elogiar la excelencia en el ámbito de la arquitectura y destacar la importante aportación de los profesionales europeos al desarrollo de nuevos conceptos y tecnologías. El Premio pretende fomentar la arquitectura de dos formas significativas: estimulando una mayor circulación de los arquitectos profesionales por toda la Unión Europea y ayudando a jóvenes arquitectos en el inicio de sus trayectorias.
Para cada edición, el jurado elije entre nominaciones entregadas por las asociaciones miembros del Consejo Europeo de Arquitectos (CAE) y las otras asociaciones de arquitectos, un grupo de expertos y el Comité Asesor, una obra a la cual se otorga el Premio, y una obra a la cual se otorga la Mención Especial, ambas en reconocimiento de sus cualidades conceptuales, técnicas y constructivas. El jurado también hace una selección de obras ejemplares que se publican en un catálogo y se presentan en una exposición itinerante.
Las obras propuestas no tienen limitaciones de dimensiones ni de programa. La selección del jurado para cada edición ha incluido casas particulares, viviendas de protección oficial, museos y establecimientos culturales, centros deportivos y proyectos de infraestructuras y urbanos a gran escala con el denominador común de la aportación que todas estas obras hacen a la construcción de la ciudad. En este sentido, el Premio aspira a ser una plataforma para la investigación, desarrollo e implementación de una práctica arquitectónica sostenible que promueve los beneficios de un crecimiento social, cultural y económico sostenible.
El Premio
La idea de un premio de arquitectura europea la propuso al Parlamento Europeo el eurodiputado Xavier Rubert de Ventós. El 28 de abril de 1987 –aún no un año después de que se completara la reconstrucción del pabellón– se firmó un acuerdo entre el comisario europeo Carlo Ripa di Meana y el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, para crear el “Premio Mies van der Rohe de las Comunidades Europeas”.
La primera edición se celebró en 1988 y, excepcionalmente, el jurado tuvo en cuenta las obras completadas durante los cuatro años anteriores. Desde entonces, la concesión del premio ha sido bienal.
En el año 2000 la Fundación Mies van der Rohe presentó el Premio Mies van der Rohe –con el añadido de la Mención Especial Arquitecto Emergente– que reconoce la obra de jóvenes profesionales en el inicio de su trayectoria profesional– como respuesta a la demanda de propuestas por parte de la Comisión Europea para el “Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea”. Después de que en 2001 se aceptara la propuesta de la Fundación, el Premio Mies van der Rohe se convirtió en el premio de arquitectura oficial de la Unión Europea.